Arquitectura bioclimática

La arquitectura bioclimática busca el diseño de edificaciones que facilite el ahorro de energía y se disminuya el impacto medioambientalPara que una vivienda se adapte a estas premisas y sea respetuosa con el entorno, se deben tener en cuenta una serie de aspectos a la hora de su diseño.

  • Orientación. El lugar hacia donde se sitúan las ventanas y su tamaño supone un aumento del aprovechamiento del sol. Por tanto, si se quiere recibir más calor natural es conveniente orientarlas hacia el lugar que nos permita beneficiarnos del mayor número de horas de luz.
  • Ventilación. Controlando las corrientes de aire es más fácil la regulación interior de la temperatura, y de esta manera podemos alcanzar un clima más agradable en el hogar.
  • Aislamiento. El uso de materiales que actúan como aislante térmico también nos ayudan al mantenimiento de una temperatura óptima. Existen en el mercado multitud de aislamientos térmicos y de diferentes orígenes. Así, podemos encontrar aislamientos minerales como la lana de roca o la lana de vidrio. Éstas actúan también como aislantes acústicos, su colocación es muy sencilla y su precio es moderado. Si nos decidimos por los aislamientos sintéticos podemos encontrar materiales como el poliestireno o el poliuretano. Están formados por polímeros derivados del petróleo y son muy efectivos. Lo más efectivo es la combinación de varios de estos materiales pues cada uno de ellos está indicado para determinadas circunstancias.
  • Integración de energías renovables. Debemos evitar siempre instalaciones que precisen del uso de combustibles fósiles y perseguir edificaciones que emitan muy poco CO2. Podemos instalar sistemas propios de producción de energía, como los paneles solares o las turbinas eólicas. Éstos nos proporcionan energía limpia para el uso en el hogar y ser autosuficientes. Además, si no se consume toda la energía producida existe la posibilidad de vender el excedente energético.
  • Medidas de reciclaje. Adecuando y orientando nuestra casa al reciclaje y la reutilización también podemos aportar nuestro granito de arena a la protección del medio. Así, es recomendable fabricar compost casero con la basura orgánica, instalar sistemas de ahorro de agua tanto en la casa como en el jardín (por ejemplo, riego automático) o colocar contenedores o cubos de basura de diferentes colores para identificar más fácilmente el tipo de desechos que va en cada uno.
  • Diseño y estructura. El uso de vegetación también nos aporta protección frente al calor y funciona como pantalla contra la contaminación acústica. Debemos tener en cuenta el tipo de árboles que vamos a plantar; por ejemplo, aquellos de hoja caduca nos dan sombra en verano y permiten el paso de los rayos solares en invierno. Además, protegen nuestra casa del viento. En el aspecto ecológico, la presencia de plantas protege nuestro jardín frente a la erosión del suelo y actúan como reguladores de la temperatura y la humedad.